En primer lugar es importante tener claro una serie de conceptos en relación a los “indicadores”. Para empezar, un indicador es una comparación entre dos o más tipos de datos que sirve para elaborar una medida cuantitativa o una observación cualitativa. Esta comparación arroja un valor, una magnitud o un criterio, que tiene significado para quien lo analiza.
Distinguiremos tres tipos de indicadores:
De actividad:
Su objetivo es, meramente, cuantitativo.
De desempeño:
Se trata de una medida que describe el grado de efectividad en el que se están desarrollando los objetivos de la acción. Mide, de manera cuantificable y objetiva, una situación en un instante concreto o su tendencia a lo largo del tiempo. Por lo general, son parámetros medidos, ratios o modelos.
De impacto:
Reflejan cambios, a partir de un momento dado, observados en la población objetivo (empleo, mejoras diversas) así como de situaciones expresadas cualitativamente (satisfacción, salud, bienestar).
Deben permitir la comparación con la situación anterior a la implementación del programa, por lo que es necesario disponer de una “línea de base”, a partir de la cual medir los posteriores hitos.
Y en segundo lugar, los indicadores deben adecuarse a la organización preventiva de la compañía y en ese sentido debemos tener presente la siguiente prescripción legal:
“La prevención de riesgos laborales, como actuación a desarrollar en el seno de la empresa, deberá integrarse en su sistema general de gestión, comprendiendo tanto al conjunto de las actividades como a todos sus niveles jerárquicos, a través de la implantación y aplicación de un plan de prevención de riesgos laborales cuya estructura y contenido se determinan en el artículo siguiente. La integración de la prevención en el conjunto de las actividades de la empresa implica que debe proyectarse en los procesos técnicos, en la organización del trabajo y en las condiciones en que éste se preste. Su integración en todos los niveles jerárquicos de la empresa implica la atribución a todos ellos, y la asunción por éstos, de la obligación de incluir la prevención de riesgos en cualquier actividad que realicen u ordenen y en todas las decisiones que adopten.”(art. 1 del R.D. 39/97).
Por tanto, el conjunto de indicadores de la compañía deben cumplir con los siguientes objetivos operativos:
1º. Centrarse en la gestión preventiva integrada, asegurando el cumplimiento normativo.
2º. Evaluar no sólo la actividad ejecutada en relación a los objetivos, sino la calidad e impacto de la misma, es decir, el conjunto de aspectos positivos.
3º. Comparar y reconocer el esfuerzo realizado.